Aunque muchos tienen la idea que soy una rebelde, revoltosa [mi mamá, entre ellos], en realidad siempre he seguido las reglas que tienen sentido, –por lo regular– sin cuestionarlas. En los casi siete años que llevo felizmente muy feliz (mucho MUCHO) con una relación abierta, nunca he pensado que mi relación sea algo que hago para ir contra la norma; es pura lógica.
Por ejemplo: tiene sentido separar la basura para hacer más fácil el reciclaje o cruzar la calle sobre las marquitas designadas para ello; que las niñas deban usar falda y los niños pantalón no tiene mucho sentido [por lo menos, no en mi cabeza]. Como observadora del mundo animal y el comportamiento de la mayoría de los mamíferos, fuera del reglamento eclesiástico, social, heteropatriarcal, el matrimonio y la monogamia tampoco se me hacen muy lógicos que digamos y, por lo tanto, son reglas que no sigo. No quiere decir que no respete a quienes deciden ser monógamos [aunque a veces parece que a los monógamos sí les molesta un poco que yo no lo sea... pregúntenle a mi tía o a mi mamá].
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#GelichuCuando Angélica va de camino por un té y no tiene nada con qué escribir o está a punto de quedarse dormida, se le ocurren las mejores ideas. Más sobre ella. Notas anteriores
Abril 2018
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