![]() Mi hermana tenía una amiga en la primaria que tenía un rancho en la montaña veracruzana, donde hacía mucho frío. En el rancho había muchos perros que cuidaban la casa y una de las perras, al parecer, se embarazó de un lobo; a mi hermana le regalaron una cachorrita. Mi hermana le puso Sarabi. Cuando le entregaron a Sarabi, a mi hermana le dieron un montón de instrucciones sobre los cuidados de la cachorrita porque estaba muy chiquita. Apenas acababa de abrir los ojos y no podía caminar mucho. Le dijeron que, para darle de comer, había que darle leche rebajada con té porque su cuerpo todavía no aguantaba la leche sola.
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![]() El español es un idioma que hace una clara distinción entre «ser» y «estar». La RAE define ser como «haber o existir»; estar como «existir, hallarse en este o aquel lugar, situación, condición o modo actual de ser». Hasta hay chistes al respecto, como «no es lo mismo ser enfermo que estar enfermo». Aunque los hispanohablantes entendemos perfectamente, es difícil tratar de explicar la situación en otro idioma, donde solo hay un verbo para las dos cosas. ![]() Ahora que comienzan las fechas navideñas y también lo que es para muchos la pelea con la báscula, me llamó la atención una tradición que hay en varios países para celebrar la llegada del niñito Dios. Un calendario con 24 cajitas que van contando la historia de Belén; cada cajita trae un dulce o un regalito. Les llaman calendario de adviento. La primera vez que me topé con uno de estos calendarios fue en 2010, cuando un amigo que vivía en Xalapa recibió uno por correo de su familia en Noruega (pero no era para mí, así que no me tocó nada). El primero que compré fue porque estaba en descuento en el súper, en 2013, después de la Navidad. Este año compramos otro. ![]() La semana pasada se metieron dos codornices a mi casa y entré en pánico. Hubo algunos afortunados a los que les tocó ver las fotos y el video, por que no sabía qué hacer. Para los que dicen que no le tengo miedo a nada, definitivo no me han visto cerca de cualquier animal con pico y definitivo que tampoco saben el por qué. Todo comenzó con un tlacuache, un gallo, dos conejos, un perro (mitad lobo) y mi cabeza. En el 96, cuando fuimos al Chedraui de Lucio, nos compramos dos conejos, uno amarillo (Madonna) y uno negro (Whitney). Cuando llevé a Whitney a mi casa, mis mascotillas de aquel entonces –el Rufo y la Cucha– acorralaron al conejo, así que tuve que llevarlo a casa de mi tía, a la que le habíamos regalado al perro lobo. |
#GelichuCuando Angélica va de camino por un té y no tiene nada con qué escribir o está a punto de quedarse dormida, se le ocurren las mejores ideas. Más sobre ella. Notas anteriores
Abril 2018
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