Esta es la historia de una más de esas cosas que sólo a mí me pasan. Todo comenzó un sábado por la tarde en la ciudad de San Francisco, cuando don Chris y yo fuimos a un bar con mi amigo Arvin (que es periodista) y sus amigos de la universidad. Cuando llegamos al lugar, después de 40 minutos en el transporte público, me pidieron una identificación para entrar al lugar y –obviamente– no la llevaba así que regresamos a la casa por mi pasaporte para poder entrar al lugar. Después de dos autobuses y dos tranvías (y una hora y media) regresamos al bar. Nos tomamos un sprite con hielo... pero eso no es lo importante. Salimos del lugar por ahí de la 1:30 a.m. y el sistema de navegación de Chris decía que para regresar a la casa debíamos tomar la ruta L del tranvía nocturno justo en la calle principal del Castro (el famosísimo barrio de San Francisco, famoso por albergar a la comunidad homosexual –que es un su mayoría son hombres con perros chiquitos y muy caros–). Cuando llegamos a la calle Castro nos dimos cuenta que el tranvía estaba cerrado. Después nos enteramos de que después de las 12 a.m. todos los tranvías pasan a ser autobuses. Ojo: No es que se transformen. No estamos en Japón donde hay tecnología robótica, simplemente un autobús reemplaza la ruta. Entonces me acerqué a unas chicas que estaban afuera de la estación del metro para preguntar si sabían dónde pasa el L nocturno. Resulta que los papás de 2 de ellas eran de Jalisco y ellas eran de Salinas (el pueblo vecino de Monterey). Imelda, Cristina y su amiga Lissie. Nos preguntaron que a dónde íbamos y que si queríamos compartir con ellas un «homotaxi». Así funciona: Hay un grupo de 13 personas, hombres y mujeres homosexuales, que se dedican a manejar sus propios coches para dar un servicio de taxi para la comunidad homosexual, transexual, transgénero, etc. etc. y, aunque lo hacen por dinero, reciben la cantidad que les quieras dar. Básicamente lo hacen para ayudar a que cualquier persona homosexual llegue de manera segura a su hogar, sin ser criticados ni atacados por cómo se visten o qué hacen. Una laboral muy honorable. Para contratar un «homobile», envías un mensaje de texto con tu ubicación y cuántas personas van a usar el servicio. Entonces, llegamos hasta la comodidad de nuestro hogar por la cantidad de 5 dólares, que resultó ser 1 dolar más caro que si hubiésemos tomado el bus nocturno. ¡Una maravilla! Si no me creen, acá les pongo su grupo de facebook: https://www.facebook.com/pages/HOmobiles/145305825508221?fref=ts ¡¡HOMOBIIIIILES!!
1 Comentario
dr. murdock
15/10/2014 07:40:34 pm
la sola idea de san francisco me recuerda a jeferson airplane y a janis joplin..pero mas a jeferson ..al grupo de mis ricones y nichos....san francisco es de alguna manera la meca del hipismo y en ese cruce famoso que ahora no recuerdo su nombre..pero que grateful dead y Jerry garcia( otro grupo favorito mio) hicieron eco...
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#GelichuCuando Angélica va de camino por un té y no tiene nada con qué escribir o está a punto de quedarse dormida, se le ocurren las mejores ideas. Más sobre ella. Notas anteriores
Abril 2018
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