![]() Mi mamá no cocina, no porque no sepa, sino porque no le gusta (aunque tenga postdoctorado en hacer tortillas a mano). Así aprendí que en esta vida hay que saber hacer de todo y hacerlo bien, pero sólo hacer lo que nos gusta. Mi mamá nunca me inculcó una religión, pero me llevó a varias iglesias, templos y lugares de oración para que yo tuviera conocimientos de las costumbres de cada religión y pudiera hacer una decisión informada. Así aprendí la importancia de la educación, la información y la tolerancia. Mi mamá no me leía cuentos, ni daba respuesta a mis preguntas (como ¿qué significa prestidigitador?). Mejor, me enseñó a leer y me enviaba siempre al diccionario. En casi todos mis cumpleaños me dio un libro. Así aprendí la importancia de amar el idioma (que ahora es mi profesión) y respetar todas las reglas, sobre todo las de ortografía.
Mi mamá no iba por mí a la escuela, porque, como la mayoría de las mujeres mexicanas, mi mamá es también papá. Así aprendí que la vida está llena de sacrificios, que nunca está mal pedir ayudar a otros y que todo pequeño esfuerzo tiene una gran recompensa. Mi mamá no estuvo conmigo los fines de semana de mi infancia, porque eran los días en que ella estudiaba la universidad. Así aprendí la importancia del trabajo duro y que cada persona debe tener prioridades y planes personales. Mi mamá no regaña ni prohíbe cosas. Tampoco espera dar permisos, sino recibir notificaciones. Así aprendí que con dejar «que la niña haga lo que quiera» yo debo asumir la responsabilidad de todas mis decisiones. Nunca tuve la necesidad de escaparme, mentir o hacer cosas a escondidas. Así aprendí a expresarme libremente. Mi mamá tiene dinero de sobra, o por lo menos eso es lo que varios piensan, porque todo lo que tiene lo usa para ayudar a otros y al final ella se queda sin nada. Es madrina y abuela prestada de todos los que quieran cruzarse en el camino de la caridad. Así aprendí la importancia de compartir con los demás. (Excepto si tengo piñones, entonces no le doy a nadie) Mi mamá debió ser asesina serial o alguna otra cosa terrible en su vida pasada, por eso está pagando la penitencia de tener una hija como yo, que la tenía en la dirección de la escuela por lo menos 3 días a la semana. Mi mamá no ve telenovelas, nunca se ha puesto tubos para el pelo (como doña Florinda), ni hace labores domésticas, ni está enterada de la cultura pop, ni se maquilla, nunca le he visto con un mandil, ni se comporta como la mamá o la mujer promedio, ¡y qué bueno! porque así he aprendido más sobre autoestima, motivación y sobre mí que los que tienen a la mamá encima. Mi mamá es bien chingona y hoy es su cumpleaños.
3 Comentarios
Maribel
18/9/2014 01:57:53 am
el mejor homenaje que una hija le puede hacer a una mami.
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Clara
18/9/2014 09:53:52 am
¡Claro que es una chingona! :D
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Sergio Jimarez
23/9/2014 06:00:16 pm
Yo conozco a esa señora de la que hablas y soy testigo de la mayoría de las cosas que dices, y al igual que tú tengo una mamá que me mima, en un estilo muy parecido a la tuya. Muchas felicidades a tu mami, a la mía; a las mamás de esas mamás y a las mamás de las mamás de las mamás...
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#GelichuCuando Angélica va de camino por un té y no tiene nada con qué escribir o está a punto de quedarse dormida, se le ocurren las mejores ideas. Más sobre ella. Notas anteriores
Abril 2018
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