El mundo hizo gran escándalo cuando EE. UU. tuvo su primer presidente afroamericano, ¡qué avance!. Tal vez nunca se enteraron que en México hubo un presidente indígena unos 150 años antes, quien cambió el sistema educativo para separar la iglesia del Estado (aunque sigamos teniendo vacaciones de la catoliquísima Semana Santa), después de tremenda guerra para reformar la Constitución. Con el nuevo presidente en México se ha iniciado una ola de nuevas reformas a la educación, a la energía, a la comida para perros, a mi abuelita… a todo. El problema, como siempre, es que en la tierra de «mucho ruido y pocas nueces» hay todavía muchos espacios de información que se convierten en un teléfono descompuesto.
Uno de los problemas principales (y que es lo que me da «ñáñaras») es que estas reformas son muy eficientes en sentido escrito pero no tan eficientes cuando hay que ponerlas en práctica. ¿A qué me refiero con esto? Hay mucha buena fe pero también hay mucha corrupción que probablemente no va a dejar que las cosas cambien. Acá les pongo un ejemplo muy sencillo: Supongan que hay una propuesta en el Senado para hacer que todos los funcionarios públicos gubernamentales (diputados, senadores, gobernadores, presidentes municipales, etc.) ganen menos dinero. ¿Cuánto creen que se tarde un senador en aprobar una ley que lo auto-«sancione»? De regreso a las ñáñaras, me preocupa que la sociedad latinoamericana se parezca cada vez menos al estereotipo de la sociedad latinoamericana (una cultura de comunidad, de apoyo al vecino, de integración social) y se parezca cada vez más a la sociedad capitalista, individualista de egos, avaricia, ventaja y corrupción. Mi opinión sobre la reforma educativa: Que le pongan exámenes a los maestros me parece per-fec-to. «El que nada debe, nada teme». Así nos evitamos la clásica herencia de plazas donde el hijo con estudios de prepa acaba dando clases de álgebra a nivel secundaria. Lo malo es que la reforma afecta directamente al nivel más bajo. Mi solución extrema: Deshacer totalmente el SNTE y comenzar un nuevo comité donde la posición de liderazgo se rote de vez en cuando, para dejar atrás las avaricias y no hacer del puesto de líder sindical un peldaño inalcanzable de poder absoluto (habrá que ver qué opina el nuevo líder sindical). Mi opinión sobre la reforma energética: Los rebeldes revolucionarios que ponen graffitis que dicen «PEMEX es de los mexicanos» tienen razón. En ningún apartado (porque la leí to-di-ta) la reforma energética dice que está prohibido armar cooperativas para que los mexicanos tengan acceso y propiedad sobre los servicios del petróleo (lo que contaría como inversión privada). Lo malo es que los mexicanos no se pueden poner de acuerdo ni en por quién votar y por eso regresó el PRI al poder por un margen chiquitito. Si el 1 % de quienes votaron por el PAN hubieran votado por el PRD o viceversa, la historia sería otra, pero nadie quiere ceder. Mi solución extrema y remembranza: Cuando estaba en la primaria nos contaron la historia de cómo la gente le regaló a don Lázaro hasta las gallinas con tal de tener suficientes fondos para sacar PEMEX adelante. ¿Dónde quedó ese sentido de colaboración? Volvamos a regalar el ipad, la computadora y también las gallinas para crear cooperativas que hagan que la inversión privada sea de los mismos mexicanos. A nadie le pusieron un cuchillo en el cuello para que vendiera su acción de TELMEX, que en su momento también fue nacional, así que decir que eso va a convertir a PEMEX en la fuente de hombres ricos no es culpa mas que de la misma gente que NO se organiza. Para bien o para mal, después de leer esto, a algunos les va a bastar con decir que «tengo mucha imaginación». Qué lástima que del dicho al hecho haya taaanto trecho.
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#GelichuCuando Angélica va de camino por un té y no tiene nada con qué escribir o está a punto de quedarse dormida, se le ocurren las mejores ideas. Más sobre ella. Notas anteriores
September 2020
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