Lo he dicho muchas veces y lo vuelvo a decir (o a escribir): En San Francisco no hay nada que ver, pero mucho que comer. Esta ciudad está tan obsesionada con la comida que hasta hay recorridos culinarios para turistas; gente que viene exclusivamente a comer todo lo que hay, que es bastante variado. De vez en cuando descubrimos, gracias a Yelp –una aplicación para los teléfonos que te indica dónde están los mejores restaurantes–, una joyita culinaria.
Además de habernos –Chris y yo– vuelto los fanáticos #1 del WholeFoods Market, un súper fresón que vende comida fresona (a falta de mejor descripción), también he aprendido muchas cosas sobre ingredientes, mezclas, sabores y demás cosas de comida. Comida, no cocina, porque lo que me gusta es comer, no cocinar; ya he explicado que soy una gorda.
Por suerte, hay gente a la que sí le gusta cocinar y se toma el tiempo y la dedicación de explicarnos cómo se hace. Les presento Ana hace comida, un blog de recetas internacionales que, con suerte, los sacará de un apuro cuando no sepan qué hacer de comer y no tengan la suerte de vivir a la vuelta de dos restaurantes con estrellas Michelin (como yo, ¡ja!). Esperemos que esta tendencia se haga famosa en Noruega para que cuando llegue a Oslo no muera de inanición por falta de algo decente que comer más allá de salmón con papas y papas con salmón. Por si les gusta eso del «food porn», les dejo por acá una fresas cubiertas de chocolate.
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#GelichuCuando Angélica va de camino por un té y no tiene nada con qué escribir o está a punto de quedarse dormida, se le ocurren las mejores ideas. Más sobre ella. Notas anteriores
September 2020
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